Bogotá, Colombia – Junio 25 de 2025 – Una profunda grieta se ha abierto en el gobierno colombiano a raíz de las recientes declaraciones del Ministro de Defensa, quien ha contradicho abiertamente al presidente Gustavo Petro al afirmar que los llamados “gestores de paz” de Medellín son, en realidad, criminales y que “algunos siguen delinquiendo”. Esta postura desafía la narrativa gubernamental y genera un nuevo foco de tensión.
La polémica se intensificó luego de un controvertido acto en La Alpujarra, Medellín, donde líderes de peligrosas bandas fueron presentados públicamente. El alto funcionario no ocultó su indignación al presenciar a estos jefes criminales en una tarima, un hecho que, según sus palabras, envía un mensaje equivocado a la sociedad. Sus declaraciones sugieren una marcada discrepancia interna sobre la estrategia de “paz total” y el tratamiento que se le debe dar a estos individuos.
El Ministro de Defensa enfatizó que, a pesar de los acercamientos y los discursos de paz, la inteligencia militar y policial continúa registrando actividades delictivas por parte de algunos de estos “gestores”, lo que pone en entredicho su compromiso real con la paz y la desmovilización. Esta revelación no solo cuestiona la efectividad de la política de diálogo con grupos armados, sino que también genera una profunda preocupación en la ciudadanía, que exige resultados tangibles en materia de seguridad y justicia. La postura del Ministro de Defensa marca un punto de inflexión y promete avivar el debate sobre la legitimidad y los riesgos de negociar con actores que continúan operando al margen de la ley.